Muchos son los recuerdos y sentimientos que albergan nuestros corazones. A cada uno de los pampinos que vivimos por años en una de esas oficinas salitreras, que hoy es un importante Patrimonio Cultural, y que nos enorgullece porque fuimos parte de esta historia donde dejamos nuestras alegrías, nuestras penas y nuestro esfuerzo, luchando día a día, oradando la pampa, con el sol y el desierto más árido del mundo en nuestra contra, para robarle a ella el oro blanco que albergaba en sus profundidades y obtener así el preciado Salitre que fue la mayor riqueza de nuestro país en esos años.
